Llega la moda de comprar ropa en fardos
Con la desregulación de las importaciones,. Argentina se convierte en uno de los principales mercados que compra ropa en fardos, usada o nueva para vender a precios muy ventajosos.
Como ocurre en forma casi cíclica, cada tantos años la Argentina se convierte en un mercado muy atractivo para importar lo que sea sin ningún tipo de regulación. A fines de los años 80, principios de los´90, fue el bum de los autos y las motos asiáticas, maquinarias innovadoras entre otros menesteres.
Lo cierto es que desde la desregulación de las importaciones, que en algunos casos pega de lleno en las PyMEs, se suma ahora la llegada de fardos de ropa nuevos nuevas y/o usadas a precios muy accesibles y así lo demuestra un informe pubLicado por la agencia AUNO.
“Desde que tengo el local nunca bajé la persiana sin vender nada”, contó Jazmín, la pareja de Rodrigo. Hace más de un año, a causa de un accidente, él tuvo que pensar cómo seguir adelante y encontró en la venta de ropa comprada “en fardo” la manera de ser independiente y mejorar su vida. En fardo, sí. Una nueva modalidad de venta que abrió un cambio radical en los modos de consumo mayorista, habitualmente concentrados en grandes comercios y ferias.
Los fardos de ropa son grandes bultos o paquetes que contienen prendas y productos importados que pueden ser textiles, de calzado, de accesorios (cinturones o bijoutería), marroquinería y hasta blanquería (sabanas, acolchados y toallas).
Son adquiridos por emprendedores que buscan una salida laboral frente a la crisis actual, incluso para muchos se convierte en la opción para complementar su principal actividad. Pero a la vez, los fardos son un giro en el comercio mayorista.
Jazmín y Rodrigo comenzaron a ofrecer la ropa desde su casa a vecinos, conocidos y por redes sociales. Finalmente, luego de un año a puro sacrificio, lograron abrir su local llamado “Pilchas Nuevo Estilo”, ubicado en Alejandro Korn. Y todo gracias a los fardos.
“En general hoy es más accesible y rentable vender productos importados que fabricar en el país, salvo algunos casos excepcionales”, evaluó Gabriel, creador de la cuenta de redes sociales Informes Avellaneda.
En diálogo con AUNO, reconoció que los revendedores que vienen de otras provincias o del Gran Buenos Aires se encuentran con que llevan grandes cantidades de prendas al mismo precio que una persona que va por tres prendas. Esta situación se convirtió en la queja constante de muchos comerciantes.
Por este motivo, muchos dejaron de comprar en ferias mayoristas como La Salada o la calle Avellaneda, de Flores, a causa de los precios y la calidad de los productos.
Para empezar, los fardos tienen un atractivo: una remera Nike, una campera Adidas, un vestido de Zara (todas supuestamente originales a precios accesibles) pueden comprarse a bajísimos precios. Menores que en un mayorista.
Aquellos consumidores que entienden de marcas, ya sea porque son compradores hace mucho tiempo o porque son “espectadores” deseando obtener esa prenda, saben que están frente de algo “bueno, bonito y barato” que no pueden desaprovechar.
CÓMO SON LOS FARDOS
Ante todo, el crecimiento exponencial en la venta de fardos de ropa seminueva y usada en el país es producto de la apertura de las importaciones promovida por el gobierno de Javier Milei.
Un fardo es el excedente de lo no consumido en Estados Unidos, Europa y Asia, según explicaron algunas exportadoras consultadas por AUNO. Son adquiridos de diversas formas:
* Por importadoras de países limítrofes que seleccionan las prendas y las clasifican.
* En puertos comerciales (como Aguas Blancas, provincia de Salta).
* Por mayoristas locales. Quienes no poseen los contactos en el exterior, buscan personas que ofrezcan los mismos paquetes, con la diferencia que su costo es un tanto mayor. La mayoría se encuentra en la Ciudad de Buenos Aires
Los precios de cada fardo parten de los 650 dólares, dependiendo del contenido y la calidad que contenga el bulto.
La elección que realizan los revendedores es “a ojo”, es decir que observan por fuera una bolsa sellada y envasada al vacío sin poder revisar lo que hay adentro. De esta forma, la compra es a ciegas, con la única certeza de que sea calidad premium o de segunda.
Existen los llamados “fardos de primera” que contienen productos multimarcas nuevos, incluso con etiquetas. Son los elegidos por los emprendedores a la hora de comercializar ya que corren menos riesgos de toparse con productos que tengan que tirar.
Por otra parte se encuentran los “fardos de segunda”. En su interior hay productos de marcas no tan conocidas y su estado puede necesitar desde lavado hasta remiendos, motivo por el cual son los menos solicitados.
Jazmín le contó a esta agencia que compra primera selección porque si adquiere de segunda tiene que lavar todo, por el olor o la suciedad de las prendas.
LOS FARDOS MÁS BUSCADOS
El contenido más buscado son las prendas deportivas. Es la ropa más versátil para utilizar en el día a día y la que más rápido se desgasta.
Hay que hacer una mención aparte para el de zapatillas, que es el fardo más difícil de conseguir ya que -según los importadores chilenos consultados por esta agencia- en ocasiones es interceptado en el camino de Chile a Argentina por personal de Gendarmería, que lo secuestra y retiene por derechos de marca.
Los pedidos siempre son por temporada. Empleados de la Importadora Arabito (que prefirieron reservar sus identidades) reconocieron que cuando llega el verano se demandan los fardos deportivos de temporada, esto es con remeras manga corta y pantalones cortos de primera. En invierno es la remera manga larga, buzos, suéter y pijamas.
LOS PRECIOS HACEN LA DIFERENCIA
Los precios están pensados bajo la estrategia de “circulación de la mercadería”. Es decir que el éxito se encuentra en que todas las semanas -como máximo cada quince días- haya renovación de todo el stock de la mercadería.
“En una casa de deportes, una campera Nike o Adidas está a más de 200 mil pesos; nosotros la vendemos a 30 mil. Las remeras marca Nike las vendemos a 10 mil, a diferencia de una casa de deportes que está a no menos de 50 mil. ¿De qué me sirve tener una campera colgada y tardar meses en venderla?”, comparó Jazmin.
El emprendedurismo de indumentaria en todas sus formas de obtenerla, ya sea La Salada, Flores, Once o los fardos importados, es la actividad más elegida por los argentinos y las argentinas para complementar sus ingresos que día a día la situación económica actual demanda más de una ocupación(vw).




