La UNDAV como faro del debate geopolítico y cultural
Las conferencias, conversatorios y paneles propusieron una mirada crítica sobre el lugar que ocupa el sur global en la trama de las transformaciones actuales.
En tiempos donde las universidades públicas del conurbano son blanco de ataques mediáticos y presupuestarios, la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) dio una respuesta contundente: producción de pensamiento, debate plural y compromiso con la transformación social.
Lo hizo al convertirse en sede del Coloquio Gran Sur, una experiencia intelectual de alto nivel que reunió a referentes culturales, académicos y geopolíticos de diversas partes del mundo para discutir, desde el sur, los desafíos del presente.
Organizado por la UNDAV, la Organización de Cooperación del Sur (OCS) y la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUALC), el encuentro tuvo como escenario el aula “Héroes y Heroínas de Malvinas”, un símbolo potente para debatir sobre soberanía cultural, integración Sur-Sur, multilateralismo y apropiación de nuevas tecnologías.
Desde las palabras del rector Jorge Calzoni —quien también preside la UDUALC—, hasta las intervenciones del secretario general de la OCS, Manssour Bin Mussallam, el coloquio expresó algo más que un intercambio académico: fue un acto de afirmación política y cultural, un gesto de resistencia frente a la deslegitimación de las universidades públicas y un faro encendido en medio del apagón simbólico que intentan imponer ciertos discursos de desprecio hacia lo popular, lo nacional y lo latinoamericano.
Las conferencias, conversatorios y paneles propusieron una mirada crítica sobre el lugar que ocupa el sur global en la trama de las transformaciones actuales. Mientras el poder global impone narrativas uniformes desde los centros financieros y tecnológicos, en Avellaneda se discutió cómo las culturas del sur construyen sentido, comunidad y futuro desde su propia matriz histórica.
La presencia de intelectuales y artistas de diversas latitudes consolidó el valor estratégico de este tipo de eventos: no como excepción, sino como síntoma de una universidad viva, en contacto con su tiempo, con las luchas de los pueblos y con la necesidad urgente de repensar los modos de vida en común.
Frente al discurso de la eficiencia y el ajuste, que intenta reducir el conocimiento a un insumo mercantil, la UNDAV puso en escena lo que verdaderamente transforma: el pensamiento colectivo, la palabra compartida y la cultura como puente entre pueblos. A contramano del desprecio, estas aulas siguen siendo espacio de hospitalidad, de pensamiento situado, y de compromiso con la comunidad. Porque en el sur del sur, la universidad sigue latiendo.(VW)